You are using an outdated browser. For a faster, safer browsing experience, upgrade for free today.

Cargando...

Manuel Felguérez Barra

Pintor y escultor mexicano (1928-2020)
Pionero del arte abstracto en México

Sobre él

¿Quién fue?

Nació el 12 de diciembre de 1928 en Valparaíso Zacatecas. Su padre murió siete años después, lo que llevo a su familia a moverse a la Ciudad de México con sus abuelos, quienes eran propietarios del Teatro Ideal. Desde una muy corta edad sabía que su vocación eran las artes visuales (en ese momento artes plásticas), pero es hasta que cumple 19 años que tiene la oportunidad de visitar Europa, cuando su visión de las artes se estable y decide comenzar sus estudios de manera formal en la UNAM.

Uno de los artistas que inspiro ampliamente el trabajo de Felguérez fue Ossip Zadkine, un artista bielorruso que destacaba como escultor, pues sus obras combinaban técnicas del cubismo y el expresionismo alemán. Ambos cruzaron sus caminos en Francia cuando se fue becado a continuar con sus estudios.

Las experiencias internacionales que vivió Felguérez lo llevaron a conocer una perspectiva global del arte, en México predominaba la escuela muralista encabezada por Diego Rivera, Siqueiros, etc. Por lo que, a su regreso, con toda esta perspectiva y técnica del arte conceptual Felguérez no buscó una revolución en el actuar del arte mexicano, sino que comienza a abrir espacios y proyectos propios de lo que buscaba crear, obras de arte multidisciplinares que obedecieran al concepto del artista, no necesariamente ignorando el contexto de México o del mundo, pero que no fuera determinante para la concepción y creación de alguna obra.

Su trabajo es expuesto de manera permanente en diversas partes del mundo, una de sus obras está en el edificio de la ONU en Nueva York, precede la entrada al Salón Plenario de la Asamblea General, Agenda 2030. Lo que convierte a México en el único país que expone dos obras en las instalaciones de la ONU. Además, su trabajo ha sido galardonado en diversas ocasiones a lo largo del mundo, fue acreedor de diversos premios y becas a lo largo de su carrera; la Beca del Gobierno Frances para estudiar en la Academia Colarossi de París en 1954, obtuvo el Segundo Premio de Pintura en la Primera Trienal de Nueva Delhi, India en 1968, el Gran Premio de Honor en la Bienal de Sao Paulo, Brasil de 1975, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, fue designado como Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte de México en 1988 y obtuvo el grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Zacatecas en 2018 y esta ocasión nos centraremos en el momento en que obtuvo la Beca Guggenheim en 1975, donde trabajo en el arte generativo junto al ingeniero Mayer Sasson en la Universidad de Harvard.

Antes de que Felguérez se fuera becado Harvard tuvo un par de problemas en San Carlos, pues la educación superior no era su fuerte, sin embargo, algo que genuinamente le interesaba era la investigación. Por lo que junto con un par de maestro solicitaron horas para poder dedicar a la investigación, les fueron concedidas 10 horas semanales para continuar con su trabajo, pero esto llevo a una serie de revueltas dentro en la universidad, pues de casi ochenta maestros, sólo tres tenían horas de investigación. Posteriormente le dieron trabajo como maestro de tiempo completo en la universidad, lo que le permitió tener acceso a la única computadora de la UNAM disponible, intento comenzar a explorar los alcances de está máquina, sin embargo, con el poco tiempo y el poco conocimiento de su funcionamiento tuvo que buscar información y opciones para continuar.

Una vez en Harvard le fue otorgado un cubico con una computadora personal a la que tendría acceso 24 horas. Claramente su formación como artista visual le impedía lograr avanzar, por lo que se decidió a buscar ayuda de alguien con una formación más especializada en la computadora, dando con el ingeniero Mayer Sasson, quien no sólo le brindo asesoría, sino que le ofreció las instalaciones de la empresa en la que trabajaba. Comenzando así su viaje con el nuevo mundo del arte generativo.

Fueron 4 años de exploración, investigación, prueba, error, más prueba y más error, hasta que lograron crear la Máquina Estética, un programa de arte generativo que, a partir de figuras geométricas acompañadas de una serie de indicaciones y especificaciones, creaba una nueva obra cada once segundos, cambiando y combinando de manera aleatoria la posición, el tamaño y con algunas figuras su orientación.

La obra que inspira nuestro proyecto

La Máquina Estética

Introduciéndonos a detalle sobre la maquina estética, entramos un poco a la pintura la cual hasta la fecha ha sido un arte que se realiza preferentemente sobre una superficie rectangular, esta proporción del rectángulo sobre el que se pinta corresponde a una decisión subjetiva, ya que la selección del formato en cuanto al espacio que debería de contener cada uno de estos diseños que se elaboran con ayuda de las computadoras, fue obtenida a partir del promedio total de la obra pictórica producida por Felguerez, es decir, que corresponde a la suma de muchos momentos a lo largo de los años.


En esta obra se unen dos importantes disciplinas que son la de la computación y el arte, una tecnológica y otra humanística, bajo el control de un lenguaje con el que se pueden expresar complejos lógicos que guardan alguna relación con el pensamiento del humano.


Abarcando estos complejos lógicos aclaremos la similitud que existe entre la computadora y el ser humano, donde se trata de construir un aparato que funcione, y en donde su sistema de procesamiento de información sea capaz de comunicarse con el mundo exterior por medio de lenguajes que llevan analogías importantes y que son los encargados de guardar la información. Estos mismos lenguajes tienen una gramática definida que parte de lenguajes naturales para así poder interpretar los textos que se les dan, para poder relacionarse con las obras, aunque cada una tendría un tiempo de ejecución variada por los diferentes lenguajes.


En la obra de Manuel Felguerez el lenguaje que se utilizó para el desarrollo de la Máquina Estética (Fortran) se basaba en las descripciones de cada obra, que consistía en nueve tiempos de elementos geométricos, algunos de los cuales se subdividía en dos o cuatro clases, esto dependiendo de la dirección en el espacio, con una determinación de que cada diseño debía de tener un formato de 6 x 8 unidades, teniendo cuatro márgenes invisibles del rectángulo y a su alrededor seria otro margen con una unidad más de fondo, los cuales contienen la forma y serian tocados por lo menos por uno de los elementos geométricos simples que lo van integrando, los cuales serían primero que nada el rectángulo, ya sea vertical, horizontal o formando un cuadrado, después se prosigue al cirulo y el medio circulo en sus cuatro posiciones, el triángulo isósceles que tiene que estar siempre hacia arriba, al igual que la figura que resulta de la suma de un rectángulo y un medio circulo también en sus cuatro posiciones, el rectángulo con dos ángulos romos en ¼ de circulo he igual en sus cuatro posiciones y los rombos con paralelas verticales y horizontales.


La obra no sólo se basaba en la funcionalidad de generación de imágenes, sino que cada una debía tener equilibrio, las formas usadas por Felguérez y cada una de sus características permitían que cada composición a pesar de ser aleatoria no perdiera sus propiedades estéticas. La consecuencia lógica de esta observación es que la descripción de la una obra está basada en la clase de elementos, en la posición y las mismas dimensiones, no solo fijando elementos en el espacio, a través de estas descripciones, se transmitía la información del equilibrio estético propio de una obra de arte visual.